Déjame contarte quién soy.

Siempre he sentido un profundo interés por la mente humana. Las preguntas sobre qué hacen las personas, quiénes son y qué quieren, han sido una constante en mi vida. Abordé estas cuestiones primero en mi propio camino de autodescubrimiento y luego de manera académica.

Estudié psicología, completé un máster clínico y me embarqué en la misión de ayudar a otros a encontrar sus propias respuestas. Sin embargo, con el tiempo, me di cuenta que necesitaba más herramientas para acompañar a mis pacientes en su viaje hacia la transformación.

Me especialicé en trauma y apego, relaciones tóxicas y dependencia emocional. Por otro lado me formé en Coaching y Programación Neurolingüística (PNL) y también integré muchas de las técnicas que aprendí mientras estudiaba Psicodrama. Fue entonces cuando empecé a trabajar con mis pacientes de otra manera. Cuando integrábamos herramientas de distintas disciplinas, me di cuenta de que la transformación era aún mayor.

Desde muy joven, aprendí sobre las cartas proyectivas y su capacidad para ofrecer orientación y claridad en momentos de incertidumbre. Esta herramienta ha sido un pilar en mi vida y me ha llevado a integrarla en mi práctica terapéutica. Explorábamos la identidad, trabajábamos con el cuerpo, comprendíamos el funcionamiento del sistema nervioso simpático, identificábamos traumas y descubríamos cómo encajaban estas piezas para formar un cuadro completo.

Hoy en día, mi trabajo consiste en trabajar con la mente desde una perspectiva amplia, buscando la transformación emocional al encajar las piezas del puzzle. Mi objetivo es ayudar a mis pacientes a comprenderse mejor a sí mismos, a sanar sus heridas emocionales y a descubrir su verdadero potencial.